Pasamos un día genial y además de conocernos, charlar, cómo no, de jaboneo y comer un rico arroz con conejo, después de los postres llegó uno de los momentos más emocionantes de la reunión, el intercambio de regalos donde se vieron maravillas, hasta unos pendientes que hizo Puri, de... claro que sí, jabón.
Mi aporte fue este jaboncito hecho especialmente para la ocasión.